CAPITULO 10 "LA MECANICA DE LA MAFIA"
¿qué aspecto tendría la cultura ideal de una empresa? Los empleados deberían amar su trabajo. Deberían disfrutar tanto de ir a la oficina que el antiguo horario laboral devendría obsoleto y nadie miraría el reloj. El lugar de trabajo debería ser abierto, no compartimentado en cubículos, y los trabajadores deberían sentirse como en casa: los pufs y las mesas de ping-pong superarían en número a los archivadores. Masajes gratuitos, chefs de sushi en las instalaciones, e incluso clases de yoga endulzarían la escena. Las mascotas deberían ser bienvenidas también: tal vez los perros y gatos de los empleados podrían unirse a la pecera de peces tropicales como mascotas oficiosas de la compañía.
Las mascotas deberían ser bienvenidas también: tal vez los perros y gatos de los empleados podrían unirse a la pecera de peces tropicales como mascotas oficiosas de la compañía. Una startup es un equipo de personas con una misión, y una buena cultura es simplemente el aspecto que eso tiene desde dentro. Los discursos generales o indiferenciados no dicen nada sobre por qué un candidato debería unirse a tu compañía en lugar de otros.
Atraerás a los empleados que necesitas si puedes explicarles por qué tu misión es atractiva, no por qué es importante en general, sino porque tú estás haciendo algo importante que nadie más conseguirá hacer. El tipo de candidato que estará más comprometido como empleado también se preguntará: «¿Son éstas el tipo de personas con las que quiero trabajar?».
Es probable que no puedas ser la Google de 2014 en cuanto a remuneración o prebendas, pero sí puedes ser la Google de 1999 si cuentas con buenas respuestas sobre tu misión y tu equipo. Lo que distingue al instante a un empleado de una startup de cara a la gente de fuera es una camiseta o sudadera de marca que le confiera el mismo aspecto que a sus compañeros de trabajo.
El uniforme de una startup encierra un simple pero esencial principio: todo el mundo en tu compañía debería ser diferente de la misma manera, una tribu de personas afines ferozmente entregadas a la misión de la compañía. El extremo opuesto a un culto es la empresa de consultoría Accenture: no sólo carece de una misión distintiva propia, sino que sus consultores se dedican sistemáticamente a entrar y salir de compañías con las que no tienen ningún tipo de conexión a largo plazo.
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